Ceci y Lieve

pastel de papa, espinaca y queso

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Extraño el blog en estos tiempos de mucha actividad. Cada posteo llevan tiempo y esfuerzo y por eso tiene un valor tan especial para mi. Cada posteo es un pequeño logro. Algo que dejo para los demás. 

Dar a los demás: servir. Mi madre me repetía con su lengua y con sus actos, que hemos venido a servir a los demás. A asistir al desprotegido. Desde el lugar que tu vocación te permita. Ese es el lugar que tiene que ser. Mi mamá también me decía que al final de los tiempos, seríamos juzgados por el Amor que dimos. Desinteresado. Dar como la mamá pelícano que cuando no tiene alimento para sus crías, les da de su propia carne. 

No pretendo dar cátedra de moral ni ponerme de ejemplo, pues estoy lejos de ello. Dar es muy difícil. Es una conquista diaria al egoísmo. Sólo pretendo que estas reflexiones nos inspiren a salir de nuestro círculo de comodidad.

Dar de nuestro mejor tiempo, no del que nos sobra. Qué difícil. Pero qué maravilla saber que cada esfuerzo que duele, no cae en saco roto. Será recompensado. Y hará un cambio en el mundo. Lo que cuesta vale.

Muchas veces estamos llamados a dar, a donarnos, a miembros de nuestras propias familias. A aquellos solos, abrumados, olvidados, los que tiene problemas para relacionarse o para llegar a fin de mes. 

Esta es una receta rápida, simple, nutritiva y que llega al corazón. Confortable para compartir y dar calor al corazón.

Para 4 personas:

3 papas medianas cortadas en cubos de 2 cms y hervidas

1 kilo de espinaca lavada y cortada en Juliana

1 cebolla grande cortada en Juliana

4 huevos batidos

150 gramos de queso cremoso en cubos

Sal, pimienta y aceite de oliva para rehogar

fuente para horno 

rociador vegetal

1. Prendé el horno a 250 grados.

2. En una olla rehoga la cebolla hasta que esté transparente y deshidratada. Agrega la espinaca y cocínalas juntas hasta que bajen la humedad bien.

3. Fuera del fuego, agrega a la olla las papas, los huevos batidos y el queso. Rectifica la sazón.

4. Con el rociador vegetal, cubrí una fuente para horno pequeña y de paredes altas. Volcá la preparación y llevala al horno a 200 grados,  media hora o hasta que la superficie esté bien dorada.

5. También la podés hacer como tortilla. 

La frase del día:

La caridad bien entendida, empieza por casa. 

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