Uno de los mejores regalos del otoño es el zapallo, dulce y generoso en pulpa. Y al asarlo está en su plenitud de sabores entre ahumados, dulces y almendrados.
Otro manjar que va muy bien con el zapallo asado es el humus y su acidez alimonada.
Se hace rápido y es ideal para tenerlo a mano en la heladera porque va bien en una picada y para acompañar carnes o ensaladas.
Necesitarán:
zapallo +
rúcula +
lata de garbanzos +
aceite de oliva +
sal +
agua +
ajo +
pimienta +
jugo de 1 limón +
semillas de girasol +
licuadora +
queso parmesano rallado.
1. Poné un zapallo entero a asar durante dos horas aprox a 200 grados. Estará listo cuando la cáscara esté bien dorada (casi quemada) y la pulpa blanda al tacto.
2. Lavá la rúcula, secala bien y acomodala, en una fuente o ensaladera baja, para llevar a la mesa. Agregale sal, aceite y limón.
3. En una licuadora o vaso de minipimer, poné el contenido de una lata de garbanzos escurrida y agregá medio diente de ajo, aceite de oliva, sal, jugo de un limón, comino, pimentón y pimienta negra.
Con agua y jugo de limon vas manejando la consistencia. La idea es que sea una salsa para la ensalada.
4. Pelá el zapallo (podés esperar que se entibie), sacale las semillas con una cuchara y rompé la pulpa en trozos para desparramar sobre la rúcula.
5. Salseá los pedazos de zapallo con la crema de garbanzos y espolvoreá con semillas de girasol (tostadas un minuto en una sartén caliente). Podés agregarle escamas de queso para rallar. 😉
La frase del día:
“Cuanto más alto queramos el edificio de la vida espiritual más hondos cimientos de humildad debemos cavar” (San Agustin).
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